1. Un sector «invisible»
2. Estadísticas clave
3. Puntos fuertes y débiles
4. Oportunidades y amenazas
5. Competitividad del sector
6. Opciones estratégicas
7. Servicios y financiación disponibles
El hecho de que estas empresas suelan ser relativamente pequeñas hace que el sector sea «invisible», lo cual
tiene consecuencias de índole comercial y económica tan considerables como inmerecidas. Y es que la industria metalúrgica está integrada, en realidad, por empresas flexibles, versátiles, innovadoras y orientadas al servicio, que, además, generan muchos puestos de trabajo.
La industria metalúrgica abastece de tecnología, servicios y equipamiento a todos los demás sectores industriales, además de fabricar sus propios productos finales. Su papel en el tejido industrial de la UE resulta esencial.
El sector metalúrgico constituye el vínculo de unión fundamental de la cadena de suministro de la industria manufacturera de la UE, a medio camino entre los proveedores (los sectores del acero y los metales no ferrosos) y los clientes (una amplia gama de sectores manufactureros).
Entre las actividades del sector, cabe citar las siguientes:
• Transformación de productos siderúrgicos, clave para el sector de la ingeniería civil.
• Construcción de recipientes, contenedores y calderas de vapor para las industrias de la transformación, como la alimentaria, la química y la farmacéutica.
• Fabricación de productos metálicos: cuberterías, cables y muelles, tornillos, tuercas y pernos, cerrojos y bisagras, así como herramientas en general.
Una manera e caz de analizar el sector metalúrgico es desglosándolo en cuatro subsectores, en función de sus productos, procesos y mercados:
• Transformación del metal (fundición, forjado y revestimiento). Se trata generalmente de pequeñas empresas muy diseminadas a lo largo y ancho de los 27 Estados de la UE.
• Estructuras metálicas para la construcción, subsector que suele estar estrechamente vinculado a la industria de la edificación y la construcción en general.
• Calderas, contenedores y envases de metal. Suelen ser empresas más grandes para aprovechar mejor las
economías de escala.
• Productos metálicos, con empresas de tamaños y tipos muy diversos.
La crisis económica mundial ha afectado al sector de la metalurgia y de los productos metálicos de muy distintas maneras:
• Reducción de la producción.
• Impacto indirecto en los planes de renovación del parque automovilístico.
• Pérdida de empleo, aunque no al mismo nivel que la caída de la producción. Muchas empresas han podido conservar a su personal cualificado, lo que las sitúa en una posición de arranque ideal para cuando aumente la demanda.
• Reducción del margen entre los precios y los costes: subida de los costes de la energía, los materiales y otros factores de producción por un lado, y presión de los usuarios nales para reducir el precio de venta por otro.
• La mayoría de las PYME del sector sufre problemas de liquidez, restricción de créditos y difícil acceso a los mercados de capital.
La industria metalúrgica es un importante motor de la economía europea, y uno de sus principales generadores de empleo. Constituye, además, uno de los sectores más importantes y rentables de la industria manufacturera de la Unión Europea.
El sector metalúrgico de la UE aporta, efectivamente, el 10 % del total del valor añadido del sector manufacturero, y el 7,5 % de su volumen de producción. Los sectores del acero y los metales básicos representan, por su parte, un 5 % del volumen total de la producción manufacturera.
Como se acaba de señalar, el porcentaje que la metalurgia representa en el valor añadido total del sector manufacturero de la UE fue del 10 % en 2006, con 177 000 millones de euros, mientras que su excedentebruto de explotación –60 000 millones de euros– representó el 9,5 % del total de la industria manufacturera. Tanto un concepto como otro (valor añadido y excedente bruto de explotación) superaron el porcentaje que el sector metalúrgico representa en el volumen total de negocios del sector manufacturero
de la UE (7,5 %), lo que convierte a la industria metalúrgica europea en el auténtico rey del «valor añadido» de la UE.
En términos de productividad laboral, las cifras del sector son, por el contrario, más discretas (alrededor del 91 % en 2006). Sin embargo, los resultados brutos de explotación del sector metalúrgico superan en un 27 % a los del total de la industria manufacturera.
El sector metalúrgico es el principal empleador de la industria manufacturera de la UE. Representa el 10 %
del valor añadido, el 12,5 % del empleo y el 20 % de todas las empresas de la industria manufacturera.
• En 2008, el valor de su producción se estimó en 530 000 millones de euros.
• El sector se compone principalmente de PYME, y cuenta con más de 400 000 empresas metalúrgicas repartidas por toda Europa. Alrededor del 90 % de ellas tienen menos de 50 empleados. Se trata, pues, de un sector mucho más fragmentado que otros tan estrechamente relacionados con él como el del automóvil o el de los metales básicos. En el primero de éstos, por ejemplo, diez fabricantes se reparten casi el 90 % de la cuota de mercado de turismos.
• La metalurgia proporciona puestos de trabajo en toda Europa, concretamente a 4,2 millones de personas, lo que representa más del 12 % del empleo de toda la industria manufacturera.
• La productividad laboral resulta, por el contrario, inferior a la de la industria manufacturera, debido al uso intensivo de mano de obra que caracteriza al sector (la media de la UE-27 es de 37 700 euros). En el total de la UE-25, los resultados brutos de explotación alcanzan alrededor del 12 %, con una productividad laboral que oscila en torno a los 42000 euros por empleado (una inversión dos o tres veces menor que la del sector químico o de los metales básicos).
• La industria de la transformación de metales domina el sector metalúrgico, con el 40 % de la producción, del empleo y del número de empresas. La parte más pequeña del sector corresponde, por su parte, al área de las calderas, los contenedores y los envases metálicos, que tan sólo representa el 4 % de las empresas y entre el 11 % y el 12 % de la producción del sector.
• La inversión total en bienes tangibles es mayor que la del sector de los metales básicos o de la ingeniería mecánica y eléctrica, pero inferior a la del sector químico o automovilístico. En 2006, superó ligeramente los 21 000 millones de euros, el doble que en los metales básicos.
• Mientras la mayoría de los demás sectores experimentaron una caída del empleo, incluso antes de la crisis económica, en la industria metalúrgica no dejaron de aumentar los puestos de trabajo hasta el inicio de la crisis. Así, entre 2000 y 2006 se crearon 300 000 empleos, lo que equivale a un crecimiento del 8 %.
• Gran consumidor de acero: el sector metalúrgico consume dos tercios del acero bruto producido en la UE.
Ningún otro sector manufacturero o de ingeniería, salvo el de la construcción, cuenta con un mayor número
de empresas que el sector metalúrgico. La metalurgia representa, así, el 20% del sector manufacturero de
la UE, mientras que la ingeniería eléctrica equivale al 9 % y los metales básicos sólo al 0,5 %.
Datos comparativos
• El sector metalúrgico representa el 7,5 % del volumen de producción y el 10 % del valor añadido total de la industria manufacturera en la Europa de los 27. Los metales básicos generan, por su parte, alrededor del 5 % de la producción del sector
manufacturero.
• La metalurgia supera a los metales básicos en porcentajes tanto de producción como de empleo. Así, mientras la producción del sector metalúrgico representa un 7,5 % del total del sector manufacturero, el porcentaje equivalente de los metales básicos es de tan sólo un 5 %. El empleo del sector metalúrgico representa, por su parte, algo más del 12 % del empleo total de la industria manufacturera, mientras que el porcentaje equivalente en el sector de los metales básicos apenas representa el 2 %.
• Este 12 % de porcentaje de empleo del sector metalúrgico supera igualmente al 7 % de la industria automovilística.
• Dentro del propio sector, el 44 % de los empleados trabaja en la transformación de metales, y el 29 % en las estructuras metálicas para la construcción.
• Si bien otros sectores como el de los vehículos de motor pueden representar una mayor cuota de producción con respecto a la industria manufacturera total (compárese el 7,5 % de la metalurgia frente al 11 % de los vehículos de motor), el sector metalúrgico presenta un mayor porcentaje de empleo (más del 12 %).
Situación europea
• Alemania es el mayor productor de productos metalúrgicos, seguida de Italia, Francia, Reino Unido y España (UE-5).
En Alemania, la cuota del sector metalúrgico en la industria manufacturera se acerca al 20 %.
• El comercio de productos metalúrgicos en la UE está en manos de entre cinco y ocho Estados miembros. La UE-5 sólo representa alrededor del 50 % de las exportaciones e importaciones. Alemania e Italia son los principales exportadores dentro y fuera de la UE, con el 21 % de todas las exportaciones de 2008 para los primeros, y el 13 % para los segundos.
• Alrededor del 75 % de la producción procede de la UE-5. Alemania e Italia acaparan el 50 % de los subsectores de la transformación de metales y los productos metálicos.
De las aproximadamente 407 000 empresas con las que contaba el sector metalúrgico en la UE-27 en 2006:
Dominan las dedicadas a la industria de la transformación de metales, con el 40 % de la producción y el empleo del sector (fundido, forjado, tratamiento de metales).
Los productos metálicos (herramientas, productos metálicos acabados y accesorios en general) y las estructuras metálicas para la construcción se reparten cada una el 25 % de la producción, si bien esta última hace un uso mucho más intensivo de la mano de obra, con el doble de trabajadores que el subsector de los productos metálicos.El subsector de los productos metálicos es el más rentable y productivo de la UE, con unos resultados brutos de explotación* del 14 %.
El de las calderas, contenedores y envases de metal es, por su parte, el subsector menos rentable, aunque presenta una buena productividad laboral. Los resultados brutos de explotación del subsector se sitúan en torno al 8,6 %. Aquí, la productividad laboral fue de 44 600 euros por persona empleada, mientras que la media del sector metalúrgico es de 42 000.
Una de las principales bazas del sector metalúrgico es que se encuentra muy diseminado y repartido entre casi todas las regiones europeas, y que ofrece una gran variedad de empleos, oportunidades y posibilidades de formación. Integrado en su mayoría por PYME, que muchas veces se agrupan en clústeres, se trata de un sector versátil y flexible, capaz de adaptarse fácilmente a cualquier circunstancia.
• Un sector clave: el sector metalúrgico está implantado en la mayoría de los países de la UE y, excepto en Alemania, lo integran fundamentalmente microempresas con un máximo de 10 empleados, que representan el 80 % del tejido empresarial del sector. Este predominio de empresas pequeñas, muchas veces familiares, plantea tanto ventajas como inconvenientes.
• Solidez estructural: la industria no sufre el problema de exceso de capacidad al que se enfrentan otros sectores.
• Creador de empleo: el metalúrgico es un sector con un alto nivel de empleo, pues representa más del 12 % del total de la mano de obra de la industria manufacturera de la UE-27.
• Valor añadido: la metalurgia supera a otros sectores manufactureros de la UE en valor añadido, es decir, la relación entre los resultados brutos de explotación y el volumen de facturación.
• La proximidad geográfica a la cadena de suministro y a las industrias conexas hace del metalúrgico un sector puntual, fiable y flexible.
• Está altamente especializado y es capaz de adaptarse fácilmente a los cambios.
• Ofrece productos de calidad y mantiene una sólida posición en los mercados de gama alta.
• Hace un uso e ciente de los materiales y practica el reciclaje a gran escala.
• Basa su actividad en la alta tecnología, y centra su estrategia en la innovación.
El principal punto débil de la industria metalúrgica es su estructura. Aunque el predominio de las PYME plantea numerosas ventajas, también genera una importante fragmentación del sector, que le pone en situación de desventaja frente a sus proveedores y clientes.
Otros puntos vulnerables
• Consumo de acero: la industria metalúrgica consume grandes cantidades de acero (en concreto, dos tercios del acero bruto producido en la UE), además de otros recursos. El sector necesita obtener acero y otros recursos
como el mineral de hierro a precios razonables, ya que no puede competir a nivel europeo en materia de costes laborales, ni lograr las mismas economías de escala que sus proveedores, especialmente las acerías.
• Atrapado entre dos poderosas fuerzas: la industria metalúrgica compra a los principales proveedores de
energía, acero y otros metales, y vende a los productores de los principales bienes de equipo, como la industria del automóvil. Habida cuenta de que estos proveedores y clientes suelen ser grandes empresas, el sector metalúrgico experimenta cada vez mayores dificultades para controlar su propio destino y conservar su in ausencia en el entorno empresarial. Las PYME se encuentran, pues, atrapadas entre estos dos extremos, en una lucha constante por negociar precios, sobre todo con los proveedores de acero.
El sector de la metalurgia requiere mucha mano de obra, lo cual genera una desventaja competitiva, ya
que los costes laborales de la UE son relativamente altos comparados con los de sus competidores en
China o la India.
• Suministro de energía: el precio de la energía es un factor de competitividad cada vez más determinante,
especialmente en relación con los países emergentes.
• Acceso a los mercados de capitales: el sector de la metalurgia necesita de los bancos para nanciar sus
actividades, lo cual limita su potencial de expansión e innovación.
• Problema de imagen: la opinión pública relaciona la industria metalúrgica con una imagen de trabajo duro en un entorno laboral poco atractivo, cuando la realidad es que, hoy en día, la mayoría de las empresas del sector recurren más al trabajo «intelectual» que al «manual».
La industria manufacturera europea se enfrenta hoy en día a unos retos sin precedentes.
La crisis económica global y su efecto dominó sobre el entorno empresarial, la producción industrial y los niveles de con fianza, está obligando al sector metalúrgico a replantearse profundamente sus prioridades.
Oportunidades
• Lograr una mayor consolidación, para alcanzar una masa crítica.
• Mejorar la supervisión del mercado para reforzar el cumplimiento de la normativa.
• Fortalecer la competitividad protegiendo mejor la propiedad intelectual.
• Aportar mejores soluciones en materia de e ciencia energética.
• Mejorar los productos y los servicios gracias a las nuevas tecnologías.
• Participar en redes de investigación, y colaborar en materia de innovación.
• Mercados en expansión en los países en vías de industrialización, como Brasil, India y China.
• Mayor internacionalización de las empresas locales.
• Capacidad de copar nichos de mercado especializados introduciendo mejoras tecnológicas, para obtener, así, márgenes más elevados.
Amenazas
• La voz del sector metalúrgico se ve a menudo ahogada por la de las empresas proveedoras y clientes de mayor tamaño.
• La evolución demográ fica de la UE provoca una progresiva escasez de cuali ficaciones.
• Difícil acceso a la financiación, con bancos exigiendo mayores garantías y pequeños empresarios teniendo
incluso que hipotecar sus propias casas.
• Competencia por parte de países con bajos costes de fabricación, cuya producción está en constante aumento.
• Menor consumo de productos europeos en sectores como el mercado doméstico, la industria automovilística y los aparatos electrodomésticos y de otro tipo.
• La crisis financiera está reduciendo aún más la demanda industrial.
• Falta de una adecuada protección de los conocimientos y de los derechos de la propiedad intelectual.
La competitividad del sector metalúrgico está condicionada por la presencia de unos socios muy poderosos en la cadena de suministro, como los proveedores de metal o los propios usuarios finales. La industria metalúrgica se enfrenta, así, a no pocos desafíos en materia de competitividad.
El lado más oscuro
• El sector se encuentra sujeto a un buen número de factores económicos que escapan a su control, como la
restricción del crédito, la recesión, el precio del acero y el acceso a las materias primas.
• Sus clientes en la cadena de suministro están adquiriendo un tamaño cada vez mayor, lo que los convierte
en socios relativamente in uyentes y poderosos.
• Se ha producido una caída en la demanda de productos finales como los automóviles fabricados por sus clientes en la cadena de suministro.
• La progresiva tendencia a fabricar productos finales y la creciente participación de los productores de acero pone en riesgo a las PYME más pequeñas.
• El sector experimenta una gran dificultad para consolidarse, tanto por razones estructurales como debido a los elevados niveles de especialización.
• El tamaño de las empresas y el propio carácter de la actividad di cultan la adopción de economías de escala
• La I+D resulta esencial para la supervivencia del sector, pero pocas empresas cuentan con los recursos
su cientes para nanciarla.
• La financiación puede ser a veces difícil de obtener.
• El sector necesita mejorar la relación y la comunicación con la cadena de suministro, para fomentar
eficazmente la innovación.
• La necesidad de cumplir la normativa requiere tiempo y una fuerte inversión.
• El dinero y el tiempo necesarios para invertir en prácticas que protejan la propiedad intelectual sitúa a las
empresas del sector metalúrgico en una posición de desventaja frente a compañías de mayor tamaño.
• La competencia de las economías emergentes ha provocado un aumento de las importaciones de productos metálicos y productos acabados de similares características a un precio inferior.
• El hecho de que la UE posea leyes en materia de salud y seguridad, normas sobre emisiones y estándares
de calidad más estrictos que otros actores del mercado global, reduce la competitividad del sector.
• No existe la su ciente mano de obra cuali cada para operar con las nuevas tecnologías e impulsar
la innovación.
• Los gastos administrativos de las PYME son proporcionalmente elevados.
Una mirada más optimista hacia el futuro
• El sector desempeña un papel fundamental como vínculo de unión entre los principales socios integrantes
de la cadena de suministro. Sin estos vínculos, la cadena de suministro amenazaría con su desaparición.
• Las compañías extranjeras presentes en la cadena de suministro han introducido nuevas ideas y métodos, y difundido nuevas tecnologías.
• Antes de 2006 se produjo un aumento significativo de las exportaciones con valor añadido.
• La debilidad del euro puede ayudar a incrementar las exportaciones: los bienes de equipo y los bienes de
consumo duradero son ahora más baratos en los mercados mundiales.
• El precio del petróleo está bajando y las materias primas también parecen abaratarse.
• Las iniciativas para proteger el medio ambiente, cada vez más numerosas, contribuyen a crear nuevas
oportunidades.
• Las PYME, predominantes en el sector, pueden adaptar fácilmente su producción a las necesidades cada vez más complejas de los clientes de la cadena de suministro.
• Los productos de la industria metalúrgica son, en su conjunto, fáciles de reciclar.
• La globalización alienta a las empresas a especializarse e innovar.
• La industria metalúrgica produce productos únicos difíciles de imitar, un hecho que se ve favorecido por la
constante innovación que caracteriza al sector.
• Tendencia al alza en la productividad laboral.
Enlace de lectura del informe de la comisión europea:
http://ec.europa.eu/enterprise/sectors/mechanical/files/metalworking/documentation_pack_es.pdf
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